jueves, 18 de septiembre de 2014
Descubre como se genera el ego en el ser humano.
COMO SE GENERA EL EGO EN EL HOMBRE.
Antes que nada uno puede observar por uno mismo que no hay ningún ego por ninguna parte en la naturaleza que no sea en la conciencia humana. Los animales pueden ser violentos hasta cierto grado pero los animales no tienen un ego. Ellos no son intencionalmente ni deliberadamente violentos. Y el niño, cuando nace, es como un animal, no tiene ego ya que no tiene la capacidad de pensar e imaginarse. Por tanto tenemos que examinar: ¿cuándo surge el ego como algo existente mientras el niño crece? Porque, después de todo, todos hemos sido niños, por tanto hemos estado expuestos a este proceso. Si yo examino eso, encuentro que después de unos cuantos años de haber nacido el niño adquiere un lenguaje y adquiere la capacidad de pensar e imaginarse. Estas capacidades en sí mismas no son el ego. Vienen a nosotros en el proceso biológico de la propia evolución, la cual es una parte del orden de la naturaleza. Cuando enfrentamos estas capacidades con el instinto de buscar placer y evitar el dolor, que está allí también en el animal, entonces eso produce una receta para la formación del ego, debido a que con la conciencia humana hay no sólo dolor físico y placer físico, sino también dolor psicológico y placer psicológico.
jueves, 24 de octubre de 2013
Todos cambiamos en presencia del amor
AMOR
Aunque hable todas las lenguas humanas y angélicas, si no tengo amor, soy un metal estridente o un
platillo estruendoso.
Aunque posea el don de la profecía y conozca los misterios todos y la ciencia entera, aunque tenga una
fe como para mover montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Todos cambiamos en presencia del amor, aun cuando el amor puede ser muy duro.
No olvidemos que la respuesta del amor es siempre la que el otro necesita, porque el amor verdadero es
clarividente y comprensivo. Siempre está de parte del otro.
"Haced lo que os digo", dice Jesús. Pero no podremos hacerlo si antes no nos transformamos en el hombre
nuevo, despierto, libre, que ya puede amar.
Hay un proverbio chino que dice: "Cuando el ojo no está bloqueado, el resultado es la visión. Cuando la mente no está bloqueada, el resultado es la sabiduría, y cuando el espíritu no está bloqueado, el resultado es el amor." Ser transformado en amor, eso es amar a Dios. ¿Qué mérito tendrías si saludases tan sólo a los que te saludan? ¿Y si amases tan sólo a los que te aman? Tú tienes que ser amor total, como el Padre celestial es todo amor. Cuanto más amas a los otros, más puedes hacer sin ellos. Cuanto más amas a los otros, más puedes hacer con ellos. ¡Sólo hay una necesidad! Esa necesidad es amar. Cuando alguien descubre eso, es transformado. Cuando la vida se vuelve oración... la espiritualidad se traslada a nuestros actos.
Cuando sabes amar es señal de que has llegado a percibir a las personas como semejantes a ti. Nadie hay mejor ni peor que tú.
El amor de verdad es un estado de sensibilidad que te capacita para abrirte a todas las personas y a la vida. Tú no puedes exigir a nadie que te quiera, pero en cuanto no seas exigente y sueltes los apegos, podrás reconocer cuántas personas te quieren así como eres, sin exigirte nada, y comenzarás a saber lo que es amor. Cuando amas de verdad a una persona, ese amor despierta el amor a tu alrededor. Te sensibiliza para amar y comienzas a descubrir belleza y amor en todo. Somos analfabetos en la expresión de sentimientos.
Hasta que no veas inocentes a las personas, no sabrás amar como Jesús. El amor es: yo estoy de tu lado, no estoy en contra de ti. El amor de verdad es algo no personal, pues se ama cuando el yo programado no existe ya. El que ama, termina siempre por vivir en el mundo del amor, porque los demás no tienen más remedio que reaccionar por lo que él los impacta. Amar es como oír una sinfonía. Ser sensible a toda esa sinfonía. Significa tener un corazón sensible a todos y a todo. Dios es Padre, pero un buen padre que ama en libertad, y quiere y propicia que su hijo crezca en fuerza, sabiduría y amor. El egoísmo es exigir que el otro haga lo que tú quieras.
El dejar que cada uno haga lo que quiera es amor. En el amor no puede haber exigencias ni chantajes. El amor desinteresado existe, es el único al que se puede dar el nombre de amor. Amar significa ver al otro claramente como es. El amor no es deseo, no es fijación. Apasionarse es el exacto opuesto al amor. Cada uno va buscándose a sí mismo, porque si no nos encontramos a nosotros mismos, no podremos salir
Hay un proverbio chino que dice: "Cuando el ojo no está bloqueado, el resultado es la visión. Cuando la mente no está bloqueada, el resultado es la sabiduría, y cuando el espíritu no está bloqueado, el resultado es el amor." Ser transformado en amor, eso es amar a Dios. ¿Qué mérito tendrías si saludases tan sólo a los que te saludan? ¿Y si amases tan sólo a los que te aman? Tú tienes que ser amor total, como el Padre celestial es todo amor. Cuanto más amas a los otros, más puedes hacer sin ellos. Cuanto más amas a los otros, más puedes hacer con ellos. ¡Sólo hay una necesidad! Esa necesidad es amar. Cuando alguien descubre eso, es transformado. Cuando la vida se vuelve oración... la espiritualidad se traslada a nuestros actos.
Cuando sabes amar es señal de que has llegado a percibir a las personas como semejantes a ti. Nadie hay mejor ni peor que tú.
El amor de verdad es un estado de sensibilidad que te capacita para abrirte a todas las personas y a la vida. Tú no puedes exigir a nadie que te quiera, pero en cuanto no seas exigente y sueltes los apegos, podrás reconocer cuántas personas te quieren así como eres, sin exigirte nada, y comenzarás a saber lo que es amor. Cuando amas de verdad a una persona, ese amor despierta el amor a tu alrededor. Te sensibiliza para amar y comienzas a descubrir belleza y amor en todo. Somos analfabetos en la expresión de sentimientos.
Hasta que no veas inocentes a las personas, no sabrás amar como Jesús. El amor es: yo estoy de tu lado, no estoy en contra de ti. El amor de verdad es algo no personal, pues se ama cuando el yo programado no existe ya. El que ama, termina siempre por vivir en el mundo del amor, porque los demás no tienen más remedio que reaccionar por lo que él los impacta. Amar es como oír una sinfonía. Ser sensible a toda esa sinfonía. Significa tener un corazón sensible a todos y a todo. Dios es Padre, pero un buen padre que ama en libertad, y quiere y propicia que su hijo crezca en fuerza, sabiduría y amor. El egoísmo es exigir que el otro haga lo que tú quieras.
El dejar que cada uno haga lo que quiera es amor. En el amor no puede haber exigencias ni chantajes. El amor desinteresado existe, es el único al que se puede dar el nombre de amor. Amar significa ver al otro claramente como es. El amor no es deseo, no es fijación. Apasionarse es el exacto opuesto al amor. Cada uno va buscándose a sí mismo, porque si no nos encontramos a nosotros mismos, no podremos salir
Los caminos auténticos de la vida
DAR EL CORAZÓN A LA VIDA
La polución propagandística no favorece la paz soñada, que brota, como fruto maduro, de los caminos
auténticos de la vida. Nuestro mundo actual rebosa de estímulos engañosos, que golpean dolorosamente a los
incautos y engañan hasta a los bien intencionados. Seduce a las personas con el espejismo de quimeras
inconsistentes y de dudoso contenido. Las
desvía del centro dinámico de su interioridad y las sacia con
bocados azucarados de escaso valor alimenticio. Y la persona, lejos de encontrarse con los anhelos profundos
de su mundo más verdadero, se pierde en las arenas movedizas y atormentadas de su propio yo.
Allí, ávidamente, goza de los dividendos fáciles de conquistas deslumbrantes, pero acaba arrastrándose y
haciéndose sorda a las llamadas más íntimas que le vienen de su mundo más hondo. En vez de responder a
ellas y de vivir lo que es, se contenta con la careta que le hace tan sólo parecer que es. Vive pendiente de la
última moda, vagabundeando, sin una orientación personalizada, sin un compromiso engrandecedor,
esclavizada por las propagandas consumistas que sólo la satisfacen por el momento, sin darle un rumbo claro
y seguro.
Pero nosotros somos realmente más, mucho más que esas lentejuelas con que el mundo nos reviste.
Deseamos más, mucho más que esta posición social a que nos aferramos y que se nos reconoce. Somos un
reino infinitamente rico y divinamente fascinante, que todavía está por conquistar. Para ello es preciso armarse
de coraje y atreverse a ser grande, enfrentándose con las mentiras tentadoras que impiden el acceso a la
intimidad del corazón.
Y, principalmente, es preciso darle el corazón a la vida, en vez de pretender el corazón de ella. Fuimos
hechos y existimos, no para aprisionar corazones, sino para liberar el nuestro.
Bernard Shaw dijo, en cierta ocasión, que todos somos reyes, con la desgracia de que vivimos fuera de
nuestro reino. Porque no somos dueños de nuestro corazón, no podemos dárselo a nadie. Y ésta es la más
trágica de las pobrezas y la más lamentable de las desgracias.
martes, 22 de octubre de 2013
La acción correcta espontanea.
Qué es ser impecable?
Que cada acción se corresponda con tu corazón y con tus creencias.
Hacer cada cosa con autenticidad, sabiendo que estás dando lo mejor de vos en cada acción y que más allá de que el resultado sea o no el que esperamos, podemos seguir andando dignamente porque no hay satisfacción mayor que ser impecable.
Una no se levanta un lunes y dice esta semana seré impecable y se desentiende del asunto, es un trabajo. Un trabajo de 24 hs.
Somos humanos, sentimos, sufrimos y nos equivocamos. Estamos vivos y fluimos todo el tiempo con nuestro entorno.
Nos vamos a dispersar un millón de veces ya sea por desatención, por alguna herida, por enojo, por pereza, por seguir a otros, o porque sí.
Pero cuando ya fuiste impecable te das cuenta cuando no lo estás siendo, o algo se te pasó por alto, o algo simplemente no está sonando afinado.
Y entonces el trabajito consiste en mirar unas páginas atrás y reconocer dónde comenzó a sonar rara esta melodía que venía siendo la tuya y ahora se convirtió en otra canción, o peor aún en un ruido sin sentido.
Y lo genial que tiene todo esto es que la revisión no solo te muestra dónde te equivocaste, sino que te abre nuevas perspectivas.
Dar unos pasos atrás no es retroceder, muchas veces es lo que te permite ver el panorama con mayor amplitud, con mayor detalle.
Algunas veces al re-leernos cambiamos de planes y cambiamos de opinión.
Y eso es ser más auténtico que seguir adelante a los tropezones a pesar de todo.
Porque si queremos avanzar en un terreno limpio y favorable, tenemos que ser impecables, tenemos que sentir dentro nuestro la certeza de que la verdad y la autenticidad nos respaldan.
De que lo que estamos dando es bueno, es real y nutre a nuestros iguales y a nuestro entorno.
Pero es como una danza, no es un camino lineal. Hay giros y desplazamientos varios y en nosotros está encontrar el ritmo y estar en sintonía con él.
Es una danza en la que no recibimos aplausos, y muchas veces cuanto más pulido y limpio está un espejo, a la gente no le gusta ver reflejada su imagen allí.
Pero no somos nadie para juzgar el baile del otro.
Solo nos toca ser impecables, poner lo mejor en cada paso, poner el corazón y cuidar nuestra propia impecabilidad, porque es fácil dejarse empujar, lo difícil y lo que requiere de toda tu entereza es saber pararte en tu propio lugar sin tener que empujar a nadie.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
La creacion
En la Nada está la Creación
LA MEDITACION
Es Imprescindible la Meditación
14/05/2013
Es de enorme importancia conocer y comprender la profundidad y la belleza de la meditación. Desde tiempos inmemoriales, el hombre siempre se ha planteado la pregunta de si existe algo más allá del pensamiento, más allá de las invenciones románticas y más allá del tiempo.
Siempre se ha preguntado, ¿existe algo más allá de todo este sufrimiento, más allá de todo este caos, más allá de las guerras, de la constante lucha entre los seres humanos? ¿Existe algo que sea inmutable, sagrado, absolutamente puro, no contaminado por ningún pensamiento ni por ninguna experiencia? Desde los tiempos antiguos, éste ha sido el interrogante de todas las personas serias. Para descubrirlo, para dar con eso, es imprescindible la meditación, pero no la meditación repetitiva que no tiene ningún sentido. Cuando la mente está libre de todo conflicto, de cualquier afán del pensamiento, entonces existe una energía creativa que es verdaderamente religiosa. Dar con esa energía que no tiene principio ni fin es la verdadera profundidad y belleza de la meditación lo cual requiere libertad de todo condicionamiento.
Así que hay un origen, una “base” inicial desde la cual surgen todas las cosas, y esa “base” inicial no es la palabra; la palabra nunca es la cosa. La meditación consiste en dar con esa “base” que es el origen de todas las cosas y que está libre de todo tiempo. Éste es el camino de la meditación, y bienaventurado es el que lo descubre.
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Meditar en Soledad
15/02/2013
Uno debe meditar en soledad, en la quietud de la noche o en el silencio del amanecer. Esta soledad surge cuando la mente está libre del pensamiento. Si has estado solo contigo mismo, lejos de todo pensamiento y de toda búsqueda. Si has estado completamente solo -no aislado o abstraído-, de manera que en esa soledad el silencio sea la única flor, la única luz que no puede ser medida por el pensamiento.
Así que medite solo. Medite en esa soledad infinita, en la belleza de ese amor, en la inocencia. Medite en los más recónditos e íntimos lugares de su corazón y de su mente, allí donde nunca antes haya estado.
Publicado bajo Retiros
La Percepción Total
1/10/2012
La percepción sin la palabra, es decir sin el pensamiento, no es habitual. Pero mediante el uso de todos los sentidos, y no tan solo del cerebro, la percepción es mucho mas aguda. A la misma nos podemos referir como percepción total, y forma parte de la meditación. El percibir sin el yo, en la meditación, es entrar en comunión con lo inmenso. En la percepción de la meditación no existe objeto alguno y por lo tanto no hay experiencia. La meditación puede suceder, incluso cuando uno tiene los ojos abiertos y está rodeado de objetos, pero uno los ve sin que exista el proceso de reconocimiento.
En esa meditación se activa un gran éxtasis que brinda al cerebro y al corazón la cualidad de la inocencia y ella abre la puerta a lo inconmensurable.
Publicado bajo Retiros
El Éxtasis de la Soledad
12/06/2012
La meditación es realmente muy sencilla. Nosotros la complicamos. Tejemos alrededor de ella una telaraña de ideas –de lo que es y de lo que no es. Por ser tan sencilla es que nos evade, porque nuestras mentes son tan complicadas e insensibles, y están deterioradas por el paso del tiempo.
Pero la meditación surge natural mientras se camina sobre la arena de la playa, o cuando se mira a través de la ventana, o mientras uno ve las colinas quemadas por el sol del reciente verano.
Si caminamos solos en medio de la montaña o en el bosque, en esa soledad sabremos lo que es la meditación. El éxtasis de la soledad surge cuando uno no tiene miedo de estar solo –cuando no se pertenece más a las cosas del mundo o se está apegado a cosa alguna. Entonces, al igual que ese amanecer que surgió esta mañana, el silencio surgirá silenciosamente, y dejará una estela dorada a su paso, la cual existía al principio, existe ahora y existirá siempre.
Publicado bajo Silencio
Este Silencio es el vacío
4/02/2012
La meditación sin una fórmula establecida, sin causa ni razón, sin una finalidad ni un propósito, es un fenómeno increíble. No es sólo una gran explosión que purifica, sino que también es muerte, muerte que no tiene un mañana. Su pureza es devastadora; no deja un solo rincón secreto donde el pensamiento pueda esconderse entre sus propias sombras.
En la meditación no hay mañana, ni hay argumentos con la muerte. La muerte del ayer y del mañana no deja el mezquino presente del tiempo, y el tiempo es siempre mezquino; pero una destrucción así es lo nuevo. Esto es la meditación, no los simples procesos del cerebro en busca de seguridad.
La meditación es la destrucción de la seguridad, y en la meditación hay gran belleza, no la belleza de las cosas que han sido producidas por el hombre o por la naturaleza, sino la belleza del silencio. Este silencio es el vacío en el cual todas las cosas fluyen y existen. Es lo incognoscible, y ni el intelecto ni el sentimiento pueden llegar a ello; no hay un sendero que conduzca a este silencio.
Publicado bajo Retiros
martes, 10 de septiembre de 2013
Acerca de los apegos
Hay una sola cosa que origina la infelicidad: el apego. El apego te hace vulnerable al desorden emocional y amenaza constantemente con hacer añicos tu paz.
Puedes tener todos los apegos que quieras. Pero por cada uno de ellos tendrás que pagar un precio en forma de pérdida de felicidad.
Fíjate bien: los apegos son de tal naturaleza que, aun cuando lograras satisfacer muchos de ellos a lo largo de un día, con que sólo hubiera uno que no pudieras satisfacer, bastaría para obsesionarte y hacerte infeliz. No hay manera de ganar la batalla de los apegos. Pretender un apego sin infelicidad es algo así como buscar agua que no sea húmeda. Jamás ha habido nadie que haya dado con la fórmula para conservar los objetos de los propios apegos sin lucha, sin preocupación, sin temor y sin caer, tarde o temprano derrotado.
En realidad, sin embargo, si hay una fórmula de ganar la batalla de los apegos: renunciar a ellos. Contrariamente a lo que suele creerse, renunciar a los apegos es fácil. Todo lo que hay que hacer es ver, pero ver realmente, las siguientes verdades. PRIMERA VERDAD; estás aferrado a una falsa creencia, a saber, la que sin una cosa o persona determinada no puedes ser feliz. Examina tus apegos uno a uno y comprobarás la falsedad de semejante creencia.
Tal vez tu corazón se resista a ello; pero, en el momento en que consigas verlo, el resultado emocional se producirá de inmediato y en ese mismo instante el apego perderá su fuerza. SEGUNDA VERDAD: si te limitas a disfrutar las cosas, negándote a quedar apegado a ellas, es decir, negándote a creer que no podrás ser feliz sin ellas, te ahorrarás toda la lucha y toda la tensión emocional que supone el protegerlas y conservarlas. ¿No conoces lo que es poder conservar todos los objetos de tus distintos apegos sin renunciar a uno sólo de ellos, y poder disfrutarlos más a fin a base de no apegarte ni aferrarte a ellos, porque te encuentras pacífico y relajado y no sientes la menor amenaza en relación a su disfrute? TERCERA Y ÚLTIMA VERDAD: Si aprendes a disfrutar el aroma de un millar de flores, no te aferrarás a ninguna de ellas ni sufrirás cuando no puedas conseguirla. si tienes mil platos favoritos, la pérdida de uno de ellos te pasará inadvertida, y tu felicidad no sufrirá menoscabo. Pero son precisamente tus apegos los que te impiden desarrollar un más amplio y más variado gusto por las cosas y las personas.
¿Quieres ser alguien especial para otra persona? Entonces has de pagar un precio en forma de pérdida de libertad.
Tal vez ahora estés ya en condiciones de decir: "Prefiero mi libertad antes que tu amor". Si tuvieras que escoger entre tener compañía en la cárcel o andar libremente por el mundo en soledad, ¿qué escogerías? Dile ahora a esa persona: "Te dejo que seas tú mismo/a, tener tus propios pensamientos, satisfacer tus propios gustos, seguir tus propias inclinaciones, comportarte tal como decidas que quieres hacerlo... " En el momento en que digas esto, observarás una de estas dos cosas: o bien tu corazón se resistirá a pronunciar esas palabras y te revelarás como la persona posesiva y explotadora que eres (con lo que es hora que examines tu falsa creencia de que no puedes vivir o no puedes ser feliz sin esa otra persona), o bien tu corazón pronunciará dichas palabras sinceramente, y en ese mismo instante se esfumará todo tipo de control, de manipulación, de explotación, de posesividad, de envidia... "Te dejo que seas tu mismo: que tengas tus propios pensamientos, que satisfagas tus propios gustos, que sigas tus propias inclinaciones, que te comportes tal como decidas que quieres hacerlo..."
Y observarás también algo más: que la otra persona deja automáticamente de ser algo especial e importante para ti, pasando a ser importante del mismo modo en que una puesta de sol o una sinfonía son hermosas en sí mismas, del mismo modo en que un árbol es algo especial en sí mismo y no por los frutos o la sombra que pueda ofrecerte. Compruébalo diciendo de nuevo: "Te dejo que seas tú mismo..." Al decir estas palabras te has liberado a ti mismo. Ahora ya estás en condiciones de amar. Porque, cuando te aferras a alguien desesperadamente, lo que le ofreces a la otra persona no es amor, sino una cadena con la que ambos, tú y la otra persona amada, quedáis estrechamente atados.
El amor sólo puede existir en libertad.
El verdadero amante busca el bien de la persona amada, lo cual requiere especialmente la liberación de ésta con respecto a aquél.
Si deseas reformar tu corazón, tienes que tomarte tiempo para pensar seriamente en cuanto a verdades libertadoras.
Primera verdad: debes escoger entre tu apego y la felicidad. No puedes tener ambas cosas. en el momento en que adquieres un apego, tu corazón deja de funcionar como es debido, y se esfuma tu capacidad de llevar una existencia alegre, despreocupada y serena. Comprueba cuán verdadero es esto si lo aplicas al apego que has elegido.
sábado, 7 de septiembre de 2013
Acerca del egoismo.
Sobre el egoísmo legitimo
Lo primero que quiero que ustedes comprendan, si realmente quieren
despertar, es que ustedes no quieren despertar.
El primer paso para
despertar es que tengan suficiente honestidad como para admitir que
no les gusta. No quieren ser felices. ¿Quieren una prueba? Ensayemos.
Tardará exactamente un minuto:
Podrían cerrar los ojos o mantenerlos abiertos, realmente no importa.
Piensen en alguien a quienes ustedes quieren mucho, alguien cercano
a ustedes, alguien que para ustedes es muy valioso y díganle
mentalmente a esa persona: "Preferiría ser feliz a tenerte", vea lo que
sucede, "Preferiría ser feliz a tenerte. Si yo pudiera elegir, sin duda
elegiría la felicidad". ¿Cuantos de ustedes se sintieron egoístas cuando
dijeron eso? Parece que muchos. ¿Ven cómo nos han lavado el
cerebro? ¿Ven como nos han lavado el cerebro para que pensemos:
"¿Cómo puedo ser tan egoísta?". Pero miren quién es egoísta.
Imaginen que alguien les dice a ustedes: "¿Cómo puedes ser tan
egoísta como para elegir la felicidad en lugar de elegirme a mí?" ¿No
les gustaría responder esto?: "Excúsame, pero cómo puedes ser tan
egoísta como para exigir que yo te elija a ti por encima de mi
felicidad?"
Cierta vez una mujer me contó que cuando ella era niña su primo
jesuita organizó un retiro espiritual en la iglesia jesuita de Milwaukee.
Él empezaba cada conferencia con estas palabras: "La prueba del amor
es el sacrificio, y la medida del amor es el desinterés". ¡Que maravilla!
Le pregunté a ella: "¿Usted quisiera que yo la amara a costa de mi
felicidad? "Sí", me contestó. ¿No sería maravilloso? Ella me amaría a
costa de su felicidad, y yo la amaría a costa de mi felicidad, así
tendríamos dos personas desgraciadas, ¡Pero que viva el amor!
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