No adoptes ninguna actitud acerca del miedo... de hecho, no lo llames miedo. En cuanto lo hayas llamado miedo, habras adoptado una actitud.
Simplemente mira... no lo llames miedo. Ten miedo y tiembla... eso es hermoso. Escóndete en un rincón, métete bajo la manta y. Has lo que haría un animal si tiene miedo. Si dejas que el temor tome posesión de ti, se te erizará el vello. Entonces, por primera vez, sabras que fenómeno tan hermoso es el miedo. En esa agitación, en ese ciclón, llegaras a saber que todavía hay un punto en alguna parte dentro de ti inmaculado.

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