miércoles, 12 de octubre de 2011

Hibernacion


A veces eres frío, a veces no. Pero no crees un problema de ello. Cuando te sientas de ese modo, se consecuentes, y no te sientas culpable por ello.

 No hay necesidad de ser cálidos las veinticuatro horas. Eso sería ago­tador. Uno también necesita descansar.
Cuando eres frió, la energía se mueve hacia dentro; cuando eres cálido, la energía va hacia fuera. Por supuesto que otras personas querrían que siempre fueras cálido, porque solo en ese caso tu energía se mueve hacia ellas. Cuando eres frío, tu energía no se mueve hacia ellas, de modo que se sienten ofendida. No se sienten bien, de manera que te dirán que eres reservado. Pero eres tu quien lo decides.
En esos momentos hibernas, te retraes al interior de tu ser. Son los momentos de meditación. Así que esta es mi sugerencia: cuando te sientas reservado, cierra las puertas de las relaciones y aléjate de la gente. Cuando te sientas reservado, ve a casa a meditar. Ese es el momento adecuado para hacerlo. Con la energía moviéndose hacia el interior, puedes ir sobre ella hasta el núcleo de tu ser. Te aportará interioridad, y muy fácilmente. No habrá lucha. Simplemente podrás seguir la corriente. Y cuando te sientas más cálidos, muévete hacia el exte­rior. Olvídate de la meditación. Se cariñoso. Utiliza ambas cosas y que no no te preocupe.

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