domingo, 18 de septiembre de 2011

Que somos


¿Cómo es que aún no te has entregado? ¿Cuál es tu técnica de no-entrega? Si todavía no te has enamorado, entonces el verdadero problema no es cómo amar. El verdadero problema es ahondar profundamente para averiguar cómo has vivido sin amor, cuál es tu truco, cuál es tu técnica, cuál es tu estructura: tu estructura de defensa, cómo has vivido sin amor. Eso se puede entender, y eso habría que entenderlo.

Lo primero: vivimos con el ego, en el ego, centrados en el ego. Soy, sin saber quién soy. Sigo proclamando: yo existo. Este yo-existo es falso, porque no sé quién soy. Y a menos que sepa quién soy, ¿cómo puedo decir yo? Este yo es un falso yo. Este falso yo es el ego. Ésta es la defensa. Esto te protege de la entrega.
No te puedes entregar, pero puedes tomar con­ciencia de esta medida de defensa. Si has tomado conciencia, se disuelve. A partir de entonces, no lo sigues fortaleciendo, y un día llegas a sentir: yo no soy. En el momento en que llegas a sentir yo no soy, se produce la entrega. Así que trata de averiguar si eres. En realidad, ¿hay un centro en ti que puedas llamar tu yo? Ahonda profundamen­te en tu interior, sigue tratando de averiguar dónde está este yo, dónde está la morada de este ego.
Rinzai fue a su maestro y dijo: ¡Dame la li­bertad !
El maestro dijo: Tráete a ti mismo. Si existes, te haré libre. Pero si no existes, ¿cómo te puedo hacer libre? Ya eres libre. Y la libertad, dijo su maestro, no es tu libertad. En realidad, la libertad es librarte de "ti". Así que vete y trata de averiguar dónde está este "yo", dónde estás tú, luego ven a verme. Esto es la meditación. Vete y medita.
Y el discípulo Rinzai se va y medita durante semanas, meses, y luego vuelve. Entonces dice: No soy el cuerpo. Sólo he descubierto esto. 
Y el maestro dice: Esto es lo que te has libe­rado. Vete otra vez. Trata de averiguar.
Entonces él lo intenta, medita y descubre que no soy mi mente, porque puedo observar mis pensamientos. Y el observador es diferente de lo observado: no soy mi mente. Llega y dice: No soy mi mente.
Y el maestro dice: Ahora estás tres cuartas par­tes liberado. Vete otra vez y averigua quién eres.
Y él estaba pensando: No soy el cuerpo. No soy la mente. Había leído, estudiado, estaba bien informado, de manera que estaba pensando: No soy mi cuerpo, ni mi mente, así que debo de ser mi alma, mi atma. Pero meditó, y entonces descu­brió que no hay atma, no hay alma, porque este atma no es más que tu información mental: doctri­nas, palabras, filosofías.
  Así que un día llegó corriendo y dijo:  ¡Ahora ya no soy!
  Entonces el maestro dijo:  ¿Tengo que ense­ñarte ahora los métodos de la libertad?
Rinzai dijo: Soy libre porque ya no soy. No hay nadie que pueda estar en cautiverio. Soy sólo un gran vacío, una nada.
Sólo la nada puede ser libre. Si eres algo, esta­rás en cautiverio. Si eres, estarás en cautiverio. Sólo un vacío, un espacio vacante, puede ser libre. Entonces no puedes atarlo. Rinzai llegó corriendo y dijo: Ya no soy. No se me puede encontrar en ninguna parte.

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