La eternidad no es la continuidad del tiempo
para siempre. Ese es el sentido que aparece en los diccionarios. por siempre
jamás. Pero para siempre es parte del tiempo... de un tiempo prolongado
indefinidamente, pero sigue siendo tiempo. La eternidad es salirse del tiempo;
es atemporal, sin tiempo.
El momento presente es la puerta a la
eternidad. El pasado y el futuro son parte del tiempo. El presente no es parte
del tiempo... el presente se encuentra entre los dos, entre el pasado y el
futuro. Si estas absolutamente alertas, solo entonces te hallas en el
presente; de lo contrario, no dejas de perdértelo. Si no estas alertas,
cuando lo estés ya habrá pasado, se habrá convertido en pasado; es muy veloz.
De modo que entre el pasado y el futuro
hay una puerta, una abertura, un intervalo -el ahora- que es la puerta a la
eternidad. Solo en esta es posible la felicidad: en el tiempo, en el mejor de
los casos, está el placer; en el peor, el dolor, pero ambos son fugaces. Su
naturaleza no es diferente. El dolor viene y va, el placer viene y va. Son
burbujas de agua momentáneas.
La felicidad carece de contrapartida. No
es una dualidad de placer y dolor, de día y noche. Es no dual, no tiene
opuesto. Es una trascendencia. Intentad estar cada vez más en el presente. No
os adentréis demasiado en la imaginación y la memoria. Siempre que te encuentres adentrándote en la memoria, en la imaginación, devolveos al
presente, a lo que estas haciendo, adonde estas, a quienes eres. Regresa una
y otra vez al presente. Buda lo llamó la evocación de uno mismo; en esa evocación
entenderas poco a poco lo que es la eternidad.
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