martes, 22 de enero de 2013
Escuche y desprenda.
A algunos nos despiertan las duras realidades de la vida. Sufrimos tanto
que despertamos. Pero los seres humanos tropiezan con la vida una y
otra vez. Todavía caminan como sonámbulos. Nunca despiertan.
Trágicamente nunca se les ocurre que puede haber otra manera.
Nunca se les ocurre que puede haber una manera mejor. Sin embargo,
si la vida no lo ha golpeado a usted lo suficiente, y si no ha sufrido lo
suficiente, entonces hay otra manera: escuchar.
No quiero decir que
usted tiene que estar de acuerdo con lo que estoy diciendo. Porque el
acuerdo o el desacuerdo tienen que ver con las palabras y los
conceptos y las teorías; no tienen nada que ver con la verdad. La
verdad nunca se expresa con palabras. La verdad se percibe de
repente, como resultado de cierta actitud. De manera que usted puede
no estar de acuerdo conmigo y, sin embargo, percibir la verdad. Pero
tiene que haber una actitud de apertura, estar dispuesto a descubrir
algo nuevo.
Eso es lo importante, no que usted esté o no esté de
acuerdo conmigo. Al fin y al cabo, la mayor parte de lo que estoy
dando son realmente teorías. Ninguna teoría abarca adecuadamente la
realidad. De manera que yo puedo hablarle a usted, no de la verdad,
sino de los obstáculos de la verdad. Esos obstáculos los puedo
describir. No puedo describir la verdad. Nadie puede hacerlo. Lo único
que puedo hacer es describirle sus falsedades, para que pueda
dejarlas. Lo único que puedo hacer por usted es desafiar sus creencias
y el sistema de creencias que lo hace desdichado. Lo único que puedo
hacer es ayudarle a desaprender. De eso se trata el aprendizaje en lo
concerniente a la espiritualidad: desaprender, desaprender casi todo lo
que nos han enseñado. Una disposición para desaprender, para
escuchar.
¿Está usted escuchando, como lo hace la mayoría de la gente, con el
fin de confirmar lo que ya piensa? Observe sus propias reacciones a
medida que hablo. Con frecuencia se alarmará, o se conmocionará, o
se escandalizará, o se irritará, o se disgustará, o se sentirá frustrado. O
dirá: "¡Maravilloso!" ¿Pero está usted escuchando para ver si lo que oye
le confirma lo que piensa? ¿O está escuchando para descubrir algo
nuevo? Eso es importante. Es difícil para las personas que están
dormidas. Jesús proclamó la Buena Nueva, y, sin embargo, fue
rechazado. No porque fuera buena, sino porque era nueva.
Detestamos lo nuevo, ¡lo detestamos! Y cuanto más pronto aceptemos
este hecho, mejor.
No queremos nada nuevo, especialmente cuando es
perturbador, especialmente cuando implica un cambio. Especialmente
si implica decir: "Yo estaba equivocado". Recuerdo que me encontré en
España con un jesuita de ochenta y siete años; fue superior y profesor
mío en la India hace treinta o cuarenta años. Y asistió a un taller como
éste. "Debería haberlo oído hace setenta años", me dijo. " Mire: he
estado equivocado toda la vida". Dios, ¡escuchar eso!. Es como ver una
de las maravillas del mundo. Eso, damas y caballeros, ¡es fe! Una
apertura hacia la verdad, sin importar las consecuencias, sin importar
hacia dónde lo lleve a uno. Eso es fe. No creencia sino fe. Las creencias
le dan a uno mucha seguridad. Pero la fe es inseguridad. Uno no sabe.
Uno está dispuesto a seguir y está abierto. ¡completamente abierto!
Está dispuesto a escuchar. Y fíjense bien, estar abierto no significa ser
crédulo, no significa tragar entero todo lo que diga el que habla. de
ningún modo. Ustedes tienen que cuestionar todo lo que estoy
diciendo. Pero cuestiónenlo desde una actitud de apertura, no de
terquedad. Y cuestiónenlo todo.
Recuerden estas hermosas palabras de
Buda: "Los monjes y los eruditos no deben aceptar mis palabras por
respeto sino que deben analizarlas, así como un orfebre analiza el oro -
cortando, raspando, frotando, fundiendo".
Cuando uno hace eso, está escuchando. Ha dado un gran paso hacia el
despertar. Como dije, el primer paso es estar dispuesto a admitir que
uno no quiere despertar, que no quiere ser feliz. Dentro de uno hay
toda clase de resistencias. El segundo paso es estar dispuesto a
comprender, a escuchar, a cuestionar todo su sistema de creencias .
No solamente su sistema de creencias religiosas, sus creencias
políticas, sus creencias sociales, sus creencias psicológicas, sino todas
sus creencias. Estar dispuesto a revisarlas todas, según la metáfora de
Buda. Y les daré a ustedes muchas oportunidades para que realicen
eso aquí.
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